martes, 10 de noviembre de 2015

Hechos del 19 de Julio de 1924

Tropas de la gendarmería y de la policía, con el apoyo de grupos privados, atacaron el ‘campamento sagrado’ de El Aguará, donde casi un millar de tobas, mocovíes y campesinos blancos originarios de corrientes, se habían refugiado como respuesta a la tensa situación social que acarreaba la explotación de los hacendados locales, se hallaban bailando a sus dioses y armados con palos. Convencidos de que los dioses los protegerían de las armas de fuego de los hombres blancos no pudieron ofrecer resistencia a los disparos dirigidos al campamento durante cuarenta minutos, dispararon con Winchester y Mauserunos. Los atacantes fueron 130 hombres, entre la policía y gendarmería. Entre hombres, mujeres y niños, se calculan doscientos muertos aborígenes y algunos campesinos blancos. 



Los aborígenes y criollos reclamaban una justa retribución por la cosecha de algodón o bien poder salir de la provincia para trabajar en los ingenios de Salta y Jujuy, que ofrecían mejor paga. Para la versión oficial se trató de una "sublevación indígena". Fernando Centeno, había ordenado: "Procedan con rigor para con los sublevados".

La matanza de indígenas por la policía del Chaco continuo en Napalpí y sus alrededores; parecía como si criminales se hubieran propuesto eliminar a todos los que se hallaron presente en la carnicería del 19 de julio, para que no puedan servir de testigos si viene la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados.El 90 por ciento de los fusilados y empalados eran tobas y mocovíes. Algunos muertos fueron enterrados en fosas comunes, otros sólo quemados. Se estima que lograron escapar 38 niños. La mitad fueron entregados como sirvientes en Quitilipi y Machagai, mientras el resto murió en el camino.Como trofeos de guerra, los militares cortaron orejas, testículos y penes, que luego fueron exhibidos como muestra de patriotismo en la localidad cercana de Quitilipi.

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