martes, 10 de noviembre de 2015

Una Creencia que aún Perdura

El campamento donde sucedió la masacre de Napalpí, llamado "el Aguará" tenía la característica de estar íntimamente relacionado con la religión de los aborígenes, tal es así que los indígenas siempre celebraban danzas y fiestas en honor a sus dioses, dando gracias a la naturaleza y a lo que ésta les brindaba. No hay presencia de iglesias católicas en la región, pero si hay templos, donde se cree que los aborígenes aun practican su religión reservadamente. Testimonios destacan que, cuando la ’seca’ llega a su fin y se produce una gran tormenta con sus fuertes lluvias, ante de los precipitaciones los indígenas dicen escuchar los ‘tambores’ que ejecutaban los antiguos lugareños masacrados.

Los habitantes consideran el lugar como sagrado, razón por la que no ponen monolitos, placas o señalizaciones de lo ocurrido en la masacre, en vez de ello transmiten su cultura e historia de forma oral.

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